“Historia elemental de los argentinos”, Rubén Bortnik, Corregidor.
No es arbitraria ni casual la necesidad de una revisión crítica del pasado argentino: tanto los programas de estudio como los textos oficiales responden virtualmente al diagrama trazado por el “proyecto del 80”, un modelo hoy sacudido por una crisis de naturaleza definitiva. La historia –sostiene el autor de este libro- no es sino la política del pasado. Por eso, “hacer nuevamente historia” no significa de ningún modo caer en la mera exposición de los sucesos, en el recuento de los hechos y los acontecimientos, como simple itinerario de lo consumado. Esta Historia elemental de los argentinos contempla una tarea que descarta el tono militante y severo, el enfoque comprometido y el mundo nuevo que espera por delante, como una forma de interpretar y profundizar la dinámica social que, en la actualidad, exige y propicia un proyecto reñido contra toda dependencia; es decir, posibilita los datos y la reelaboración del pasado histórico, como uno de los requisitos indispensables para el sustento y la integración de una verdadera “ideología argentina”.
“Cuentos y fábulas “, Timossi/ Rep, Del nuevo Extremo.
¿Cómo sería el mundo, cómo cambiaría, si de pronto, lo improbable irrumpiera y se transformara en posible?
¿Qué sucedería si nos atreviéramos a actuar o siquiera mirar nuestro entorno desde una perspectiva inusitada?
“Todo lo concebible es posible, lo no concebible es nada”, cita Jorge Timossi y, desde allí, nos propone ver más allá y descubrir lo que hay detrás de lo obvio, de esa cotidianidad que nos obnubila y ciega nuestro camino.
Rep, con sus ilustraciones, síntesis e interrogación al mismo tiempo, no nos permite eludir el desafío y nos impulsa a sumergirnos en estos Cuentos y fábulas y pasar del otro lado, donde lo que aparece no es nunca lo que vemos, donde las formas cobran dimensiones y el detalla sutil pone en evidencia al todo.
“Babayaga”, Taï-Marc Le thanh y Rébecca Dautremer, Edelvives.
Babayaga tiene un solo diente. Probablemente por eso es tan mala. ¡A esta terrible Babayaga, le sobra la maldad hasta para regalar!
Es Ogresa por gusto y vocación, y no tiene más que una pasión: COMER,
Sobre todo niños tiernos y gorditos.
¿Cómo podrá escapar de sus garras una niñita, hermosa como una flor y dulce como una manzana, a la que su madrastra ha enviado a la guarida de Babayaga?